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Andar, es una buena manera de hacer deporte y salir de la rutina diaria, para llegar a lugares en los que la mayoría de las veces merece la pena el gran esfuerzo realizado y el cansancio, para ver esos paisajes, cuevas, ermitas, y muchas otras cosas, que nos ofrece este planeta en el que vivimos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

- Ruta desde Cabrera de Mar, Castillo de Burriac, Creu de L'Abella, Turo de L'Infern, Creu de Montcabrer 23/12/2012




Ver Ruta en un mapa más grande.


Hoy por cambiar un poco de aires, nos hemos ido hasta Cabrera de Mar, con la intención de ver el Castillo de Burriac, y otros lugares de interés:

Capilla de San Sebastián, y Cementerio.
Castillo de Burriac.
Rocas d'Envivo.
Creu de l'Abellà.
Turo de l'Infern.
Creu de Montcabrer.
Cova de les Bones Dones.

Empezamos la caminata, y siguiendo el camino dirección
 al Castillo de Burriac nos encontramos un cementerio
 y una Capilla enfrente, llamada San Sebastián.

Puerta del Cementerio.


El cementerio de Cabrera fue construido entre 1863-1870.
 En su interior hay algunos mausoleos interesantes.
 Destaca especialmente el de la familia Sala, de estilo neomedieval.
 Es remarcable también el panteón donde reposa el arquitecto
 Domènech Estapà, probablemente proyectado por él mismo. Construido todo él con adoquines. Y también la tumba de la familia Ordeig, obra de Joaquín Bassegoda, del año 1917. 
Frente al cementerio se encuentra la capilla de San Sebastián, edificada en 1507 y quemada el año 1936. Fue restaurada con posterioridad.

Capilla de San Sebastián.


Una vez visto esto, continuamos el camino.


Ya se divisa el Castillo.


Ya estamos Llegando.





Puerta de entrada al Castillo de Burriac.




Situación

El castillo de Burriac se alza sobre una colina a 401 metros sobre el nivel del mar, visible desde numerosos puntos del Maresme, en el término municipal de Cabrera de Mar, en la comarca de Maresme de la provincia de Barcelona.

Se puede llegar a él desde la localidad, tomando la rambla del manantial de Font Picant y subiendo a pie por el camino de tierra que lleva hasta la cumbre donde se encuentran los restos de la fortaleza.

Historia

El castillo de Burriac fue construido sobre una torre de defensa anterior, según los vestigios encontrados de la misma.

La primera constancia documental de la existencia de este castillo data del año 1017, cuando la condesa Ermessenda se lo entregó a su hijo Berenguer Ramón I.

Entre los siglos XII y XIII se construyeron la torre del homenaje, los almacenes y la capilla. Perteneció a la familia de los Santvicenç, y a partir de mediados del siglo XIV a los Bosc (o Desbosc).

En el año 1471, después de la guerra, Juan II entregó al militar y escritor Pere Joan Ferrer la señoría del Maresme, que tenía su centro en el castillo de Burriac, y que incluía Cabrera, Argentona, Mataró, Vilasar y Premiá. En 1473 Pere reconstruyó y amplió el castillo, pero en 1480 perdió las jurisdicciones de las parroquias vecinas y también el castillo, que volvió a poder de los Desbosc y posteriormente a los Copons.

Hacia el siglo XVIII el castillo fue abandonado definitivamente, pero la capilla permaneció abierta al culto hasta el año 1836.

Originalmente, este castillo se llamaba castillo de San Vicente, en honor al santo de su capilla, pero en el año 1313 adquirió el nombre de Burriac, debido a un legado testamentario.

El castillo perteneció también a los condes de Barcelona.
Estado de conservación
Se encuentra en estado de ruina. Sólo quedan los restos de la capilla de San Vicente y de una torre circular, restos que han sido recientemente restaurados y reafirmados.

Propiedad y uso

Es propiedad del Ayuntamiento de Cabrera de Mar desde que, en el año 1931, lo adquirió de la familia Copons, marqueses de Moià.

Visitas

Es de libre acceso.






Y como no...!!, en las fechas que estamos, es normal 
ver pequeños belenes en cualquier sitio.




Aquí estoy moviendo el cartel que estaba torcido.


Aqui tenemos otro belén. 







La verdad es que hay unas vistas muy bonitas de todo el Maresme.



Dejamos el castillo, y bajamos por este sendero.



Un sendero bastante malo.



Ya una vez pasado el camino malo, nos encontramos con este Monolito.




Un poco lejos esta ya el Castillo.



Este belén es bastante grande y no le falta detalle.


Los riscos del rocar d'Envivo.





Hay varias rocas con un una pequeña cavidad, como la de la foto de abajo.
 Da la impresión  de que las  hubieran utilizado como de recipiente para algo.
No puedo decir nada más porque no he encontrado información. 


 Creu de l'Abella.


No he encontrado información sobre esta cruz.




Turo de l'Infern.


Una vez que hemos llegado al Turo de L'Infern, de 325 m de altitud, se comprueba la situación estratégica de este punto de vigilancia, que en la época de los íberos ya era habitado.
El valle de Cabrera de Mar es rica en restos arqueológicos. Tenemos ibéricos (Ilturo) romanos (Can Modolell y Ca l'Arnau) medievales (Castillo de Burriac). 

Un resto perteneciente a este castillo está el Turo de L'Infern muy cerca del Montcabrer en donde encontramos tres enclaves de horcas medievales utilizadas en los siglos XIV y XV como lugar para ahorcar a los criminales y malhechores del término. 



Estas horcas pertenecían al Castillo de Burriac junto con las de la Colina de en Bera, en el campo de Berenguer d'en Pou y el Puig de Cerdanyola.
 El año 1343 los señores del castillo adquirieron la jurisdicción para poder ajusticiar a las horcas. 
Los señores tenían el poder de juzgar delitos: incumplimiento de pago de los impuestos por parte de los agricultores, robos, adulterios e incluso delitos de sangre. Algunos de estos delitos eran castigados con la horca. 
No sólo eran un medio de hacer justicia, también servían para persuadir a la población de cometer otros delitos. Tenían presente donde podían terminar si no compilan las normas del señor. Además eran un referente del límite del poder del castillo. 
Hoy en día quedan tres agujeros donde metían las maderas que formaban las horcas. 


Señal Geodésica.



Creu de Montcabrer.


Llegamos a la cima de la colina de Montcabrer 311m., la montaña mas emblemática de Cabrils, tanto por su historia como por su belleza natural. Es un mirador privilegiado de la comarca del Maresme por su proximidad al mar. La vista abarca Barcelona, el Montnegre y el Montseny.
 La cruz fue retirada durante la Guerra Civil y una vez acabada el pueblo de Cabrils plantó una nueva que fue sustituida por la actual a mediados de los años ochenta.

Un poco de Historia:


La primera cruz

El fuerte aguacero del 1 de mayo de 1707 y las desgracias que este fenómeno natural produjo, llevó al rector de Sant Genís de Vilassar, Joan Moret Sala, a impulsar la colocación de una Cruz como muestra visible y palpable del ruego general de los habitantes de Vilassar (de Dalt, de Mar y de Cabrils que entonces eran todos hijo del mismo deslinde). 
El 7 de junio de 1707, con la licencia episcopal correspondiente se colocó una cruz de "20 palmos" de madera de Teca con un tubo de vidrio en el interior que poseía la licencia del vicario general y algunos fragmentos de las reliquias de los Santos Mártires de Cagliari que se veneran todavía hoy en Vilassar de Dalt. Se cantó el Te Deum laudamus y se dio por inaugurada, a modo de voto de pueblo, la cruz que desde entonces debía velar las tierras de Vilassar en los próximos episodios de lluvia. 
Aquella primera cruz tuvo una corta duración en el tiempo ya que el 5 de julio de 1726 a las 3 de la tarde, durante una fuerte tormenta de verano, un rayo la destruyó completamente. Paradójicamente la cruz sucumbió a aquello de lo que teóricamente debía proteger a los habitantes de Vilassar, el agua y los rayos. 
El sacristán de San Ginés, Antonio Massicas, carpintero de oficio se acercó dos días después, el 7 de julio de 1726 y recuperó las reliquias y la auténtica que mosén Moret había hecho colocar casi veinte años antes. Otro testigo, el agricultor Josep Casals dio fe que la cruz permanecía hecha añicos.

La segunda cruz

Con posterioridad a estos hechos narrados, el crucifijo se restableció y quedó a su enclave hasta el año 1870. Pablo Pozo informó a José Mas en 1907 que el día de Difuntos de 1870 unos chicos de Vilassar de Mar hicieron caer la cruz y que más tarde (en 1872) la Justicia por medio del juez de Cabrils y Cabrera, Francesc Casanovas, encargó que la volvieran a colocar en prenda por la falta cometida.

La tercera cruz

La última demolición de este emblemático elemento se dio el 28 de junio de 1914 cuando unos desconocidos la sustraian de su ubicación. El 23 de agosto se volvió a colocar, esta vez se hizo de hierro, cubrió el gasto la familia Carles - Tolrà de Cabrils, la colocó Juan Suari Rojo de Vilassar de Mar y la pintó Joan Font y Basart.

Magia, oscurantismo y religiosidad al abrigo del Montcabrer

Esta historia accidentada de colocaciones y sustracciones, puede parecer que sean peripecias del anecdotario local sin más ton ni son, pero lo que se ve entre líneas es la espiritualidad y fervor religioso de unos y el sentimiento contrario de otros . No queremos entrar ahora en disquisiciones sobre el pietismo y el anticlericalismo en nuestra región, sino apuntar toda una serie de indicios que nos demuestran que la montaña del Montcabrer siempre ha sido un elemento de referencia en el ideario supersticioso de aquellos que nos han precedido. 
Se trata de una montaña que secularmente ha tenido un atractivo especial por varios motivos pero siempre relacionado con algo trascendental. La espiritualidad, la superstición, la muerte y la fe siempre se han visto entremezclados a la sombra de los pinos de la enigmática montaña. 
Toda una serie de elementos demuestran cómo este punto del relieve de la sierra de Marina ha sido siempre un lugar referente en relación con el más allá. 
Desde época ibérica en medio de la ladera de mar de la montaña se realizaron prácticas cultuales con ofrendas a divinidades a la llamada cueva de las encantadas. Este hecho no es extraño dada la proximidad de la necrópolis del Cerro de los dos pinos de Cabrera de Mar. Sin embargo el nombre de Cueva de las encantadas remite a las leyendas sobre brujas y hechiceras que si concentraban para hacer rituales en onor de Satanás. 
En época medieval, en la cresta de la montaña donde en el siglo XVIII se colocó la cruz, estaban los costillas para ajusticiar a los detractores o malhechores sentenciados a ejecución por la justicia baronial del señor de Vilassar. 
Vemos como, la muerte y el más allá entrelazan en este lugar y es posible que en respuesta a ello erigiesen templos como el de la ermita de San Sebastián del vecindario del Santo Cristo o como el oratorio del Cristo Mujal ambos a las faldas del Montcabrer. 
El último amuleto contra toda superstición, como hemos visto, se instaló en el año 1707 y desde entonces se concibió como repelente del mal. Lo demuestra el hecho de que se inscribieran las iniciales de la oración de San Benito contra las maldiciones y maleficios. Esta oración dice así: CSSMLNDSMD (Crux Santa Sit Mihi lux, non Draco sit mihi dux) - que sea la cruz Santa mi luz y que no sea el demonio mi guía -. La inscripción inscrita sobre la cruz hace aún más explícita la mención al dolor de la siguiente manera: VRSNSMVSMQLIVB (Vade retro Satana nunquam suadae mihi vana sunt mala quae Liba ipse Venea Biba) - retírate Satanás, no me aconseja vanidades, son malas las cosas que brindan, toma contigo este veneno-. 
La cruz de 1707 se convirtió pronto objeto de culto, veneración y estima por parte de los autóctonos de la zona (Cabrils, Cabrera, Vilassar). El día que se erigió afirmó que, sobre el campanario de Sant Genís de Vilassar, se habían podido ver las luces de San Telmo. En 1710 este fenómeno, interpretado como un milagro, se repitió dos veces y todo el pueblo fue testigo, según las fuentes. Al año siguiente (1711) se repitió el prodigio tres veces más y daba fe el Dr. Juan Moret Sala el seis de diciembre de 1711 . 
Estos episodios son de una veracidad histórica más que dudosa, bueno y esto, a pesar de la falta de credibilidad que se deriva de el inverosímil realismo de los hechos, son un buen reflejo de lo que hemos intentado argumentar en estas modestas líneas. Y es que en efecto, la montaña del Montcabrer ha sido siempre un punto de referencia del imaginario colectivo con respecto al más allá desconocido a ojos humanos.





Después de ver la Cruz, vamos a ir a la Cova de les Bones Dones o también llamada Cova de les Encantades.


LEYENDAS, RELATOS Y CUENTOS

Las leyendas y los relatos, aunque muy numerosos, no tienen la veracidad de los hechos, pero de ellas podemos deducir algunas creencias, si obedecemos al dicho que reza “si el río suena...”. En este caso, tenemos estas leyendas que he seleccionado por su relación con el tema, como la leyenda de la bruja del peine de oro que cuenta la historia de una chica del Maresme que, después de perder a sus padres y a su prometido a causa de una tempestad, decide ir a vivir con su tía, un poco bruja, cerca del castillo de Burriac.
 Con los años, la chica pasa a ir a vivir a la Cova de les Bones Dones (de las Brujas, llamadas Bones Dones eufemísticamente), y desde allí governaba y dominaba el clima local. La Cova de les Bones Dones o de les Encantades es una cueva de Cabrera de Mar considerada un santuario íbero catalán, donde se hallaron artilugios prehistóricos de diversa índole que dieron a entender que se trataba de un lugar consagrado a algunas divinidades locales de la fertilidad.
De forma más casual podemos hallar menciones sobre brujería relacionada con las fiestas y con el clima en otras zonas, como Teià o Dosrius. En el caso de Dosrius y Argentona, las leyendas y cuentos anecdóticos tienen mucho que ver con los campanarios, las tormentas, y el poder disuasorio de las campanas como la Juliana de Argentona sobre el poder de las brujas. Las brujas del Maresme son brujas que se convierten en animales del bosque y que son capaces de montar en el humo de sus hogueras para convertirlo en una nube de tormenta que dirigen a los sitios que quieren perjudicar. Son mujeres normalmente mal vistas por el pueblo, pero algunas, como la del Peine de Oro, se ganan una buen reputación protegiendo y salvaguardando al pueblo de las amenazas de la magia negra.

Hay un  cuento   para niños sobre esta Cueva.





Es una cueva pequeña que tiene una ventana a la derecha si la miramos desde dentro, que puede servir de mirador.






Creo que tiene que ser una cueva muy visitada. Lo digo por la cantidad
 de basura que había en su interior.




Entrada de la Cueva.


Otra vista de la cueva desde el camino de abajo.



Aquí terminamos la ruta de hoy.

Hemos pasado por varios sitios interesantes. Si indagamos un poco en la historia de algunos de estos rincones de los que hemos pasado hoy, de los que normalmente pasamos desapercibidos, podemos descubrir muchísimas cosas que nunca nos imaginaríamos todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de la historia.