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Andar, es una buena manera de hacer deporte y salir de la rutina diaria, para llegar a lugares en los que la mayoría de las veces merece la pena el gran esfuerzo realizado y el cansancio, para ver esos paisajes, cuevas, ermitas, y muchas otras cosas, que nos ofrece este planeta en el que vivimos.

sábado, 4 de mayo de 2019

- Ruta por Volcanes de la Garrotxa (Olot) 04/05/2019


En la ruta de hoy nos vamos a la Garrotxa, a ver volcanes.
 Hoy me acompaña mi hermano, que es un maquina, no hay quien le siga el paso.

Dejamos en coche en el aparcamiento de La Fageda d'en Jordà, y veremos estos lugares que son los mas interesantes:

Iglesia de St. Miquel de Sacot
Ermita de Santa Margarida
Volcan del Croscat




Ya estamos llegando a la Iglesia de St. Miquel de Sacot.



 Sant Miquel Sacot es una iglesia románica de La Cot, núcleo diseminado de Santa Pau (la Garrotxa). Es una iglesia románica reconstruida y ampliada en el siglo XVIII en estilo neoclásico. Durante el siglo XVIII, era posesión del Monasterio de Sant Pere de Besalú. El lugar pertenecía a la baronía de Santa Pau. Esta dentro de los límites del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Es un edificio que forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.


Descripción


Originariamente Sant Miquel de la cot fue un pequeño templo románico. Así lo confirman los escasos restos conservados en la fachada de la actual fábrica. Se puede ver marcado el campanario de espadaña y también se pueden ver los restos de una puerta de época posterior a la románica. Los movimientos sísmicos del siglo XV derrumbaron buena parte del edificio, que fue reconstruido y ampliado a finales del siglo XVIII siguiendo el estilo neoclásico.

Hasta la segunda mitad del siglo XVI la iglesia no empezó a estar provista de ornamentos y objetos de culto. El altar mayor fue realizado en 1863. En cuanto a los dinteles, en la sacristía (puerta izquierda del presbiterio) dice: "SOM POSADA VUI DÍA 4 / D JUNY 1789". Según Montsalvatje a finales de siglo XIX se conservaba el siguiente dintel en el lado derecho: "SOM ESTAT PINTAT Y DORAT EN LO ANY 1889".

Las pinturas conservadas en el interior son del siglo XVIII-XIX. En el presbiterio hay que destacar dos cuadros que representan dos escenas relativas a la vida del Santo; Sant Miquel ganando al demonio y Sant Miquel se aparece a un obispo. Ambas fueron realizadas con colores poco estridentes, suaves, a pesar de que el paso del tiempo les ha borrado el cromatismo inicial.

La pila bautismal hace 2,7m de perímetro y 80cm de altura. Está situada en el lado derecho de la capilla lateral. Sin decoración ni ninguna fecha, su tamaño hace pensar que es bastante antigua. Actualmente todavía está en uso.

En el ábside principal hay un retablo del 1863.



Historia

La primera noticia data del año 1009, con motivo de la donación que hizo el arcipreste Witard de la iglesia de dicho lugar con los diezmos y primicias al monasterio de Sant Pere de Besalú. A partir del 1029 el abad del monasterio quedó constituido señor alodial del término de la Cot en virtud de la venta realizada por los esposos Grado y Ermessindis.



En la segunda mitad del siglo XVI la iglesia empezó a disponer de adornos y objetos de culto ricos, aunque hasta el siglo siguiente los inventarios constatan como metal precioso el latón. Hasta principios del siglo XVII sólo hubo dos altares; años después descubrimos un tercero dedicado a San Juan Bautista. Tras la ampliación del templo, en 1787, fueron cinco el número de altares.

No sufrió destrozos durante la Guerra Civil. San Miguel de la Cot, tiene hoy una importancia especial para todo historiador del arte, ya que se encuentra conservada intacta desde antes de 1936.











Ermita de Santa Margarida


El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa es un curioso entorno que domina parte de la provincia de Girona. El espacio permite contemplar y recorrer decenas de volcanes fruto de erupciones que empezaron hace 700.000 años y terminaron hace apenas 8.000. Entre ellos hay conos espectaculares, que durante el pasar de las eras acabaron cubiertos por un manto verde. Así, tapizado, aparece uno de los más espectaculares y perfectos, el de Santa Margarida. Pero no es solo tu silueta lo que destaca. En medio de su amplio cráter se encuentra la ermita cuya advocación le da nombre.


Un hito fruto de la ira geológica


Mucho antes de que la tradición situara en su cráter el hallazgo de Santa Margarida de Sacot y surgiera la ermita por la que es conocido, el volcán así como sus alrededores eran menos acogedores. Fue hace 11.000 años aproximadamente cuando se produjo la última gran explosión en él. Se trató de una erupción de tipo freatomagmática, muy energética, que culmino una etapa anterior estromboliana, de actividad más intermitente. Un violento último acto que llevó a una calma posterior. El resultado, un espectacular cono que mezcla material eruptivo y estratos previos, cuyo centro deja ver un extenso cráter.

En el caso del volcán de Santa Margarida, su altura alcanza los 766 metros de altitud en la cota más alta. En el cráter donde está la ermita, sin embargo, se queda los 682. Por sus faldas se despliega una densa vegetación que tapa en buena medida los elementos rocosos fruto de las erupciones. Por ejemplo, en ellas se generó una colada, un manto de lava solidificada, que cae en la zona sudeste. Asimismo, es posible observar piroclastos, rocas volcánicas acumuladas tras las explosiones. 



La ermita en el volcán


Sin embargo, más allá de la belleza del conjunto geológico, lo que más llama la atención del volcán de Santa Margarida es que posea una ermita en pleno cráter. Un edificio muy interesante en sí mismo pero que gana enteros gracias a su particular posición. Un prado se extiende por esta llanura central, rodeada de bosque. Lo que hoy se ve es un templo de factura sencilla, fruto de las reconstrucciones efectuadas a mediados del siglo XIX. Concretamente fue en 1865 cuando se reformó el pequeño edificio, que sigue recordando al original románico.

Se cree que la primera ermita de Santa Margarida de Sacot se elevó en el siglo XII. El estilo antes mencionado era muy habitual en la zona y el resto de Catalunya, donde se extendió algo más en el tiempo que en el resto de la península. Su origen se asocia al encuentro de una talla de la santa que da nombre al entorno. 

 Durante los terremotos que azotaron el terreno en el siglo XV, la ermita quedó destruida. Se salvaron el ábside y el porche románicos. A tenor de lo que muestra la posterior reedificación decimonónica, la sencillez medieval también se mantuvo. Así lo demuestra su planta rectangular de una sola nave. En el interior se puede apreciar una réplica de la talla del siglo XIV o XV. La auténtica se halla en el Museo Dioscesano de Girona.



Volcan del Croscat



El Croscat es un volcán de estromboliano que se encuentra en el noroeste del municipio de Santa Pau. Forma parte del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha.
El Croscat es el volcán más joven de la zona volcánica de La Garrocha. Tuvo dos erupciones, la primera y mayor hace 17000 años, y la segunda hace 11500 años. La emisión de lavas fluidas y una serie de explosiones de moderada violencia dieron lugar a un cráter en forma de herradura de unos 160m. de altura y un máximo 600m. de largo por 350m. de anchura. En la zona más alta del cráter se hallan los restos de una antigua torre de defensa, que ahora es una torre de comunicaciones.



La colada de lava y el cráter tienen una extensión de unos 20 km². En la colada de lava se asienta el hayedo de Fageda d'en Jordà.
Durante 25 años estuvo dedicado a la explotación de gredas, para la producción de ladrillos y pistas de tenis. Las extracciones del Croscat fueron la principal causa de las movilizaciones populares que hicieron que el Parlamento de Cataluña, en 1982, aprobase la creación del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha. No obstante, hasta 1991 no se pudieron parar las extracciones, cuando la Generalidad de Cataluña compró la empresa explotadora. Posteriormente, la misma Generalidad expropió los terrenos de la Reserva Natural y procedió a su restauración.



La extracción de gredas o lapilli dio lugar a un impresionante tajo en la parte posterior del cráter, la más alta, de más de 100m. de altura y 500m. de longitud, que se ha convertido en una atracción turística. Las capas más oscuras son las originales de la lava, pero debido a la oxidación, se han formado una serie de capas de colores rojizos y anaranjados muy llamativos.
Fue el último volcán de la península en entrar en erupción.








El trenecito de los volcanes.




y pasando el trenecito volvemos a donde dejamos el coche 
y terminamos la ruta de hoy.