formada sobre la pared rocosa de la garganta por el efecto erosivo del río Vero
el cual se introduce literalmente en este gran covacho perfectamente accesible a pie, siempre que estemos dispuestos a mojarnos los pies.
Salto de la Central de Alquezar
Tras pasar la pasarela y un corto tramo de senda junto a la ribera del río Vero alcanzamos el siguiente de los puntos de interés del recorrido, el Salto de la Central de Alquezar.
Se trata de un azud que data de la época medieval y que permitía la derivación de agua para el accionamiento de un molino harinero situado aguas abajo. Posteriormente, a principios del S.XX el azud fue reconvertido para la generación de energía hidráulica en la minicentral hidroeléctrica ubicada unos 200 metros aguas abajo y junto a la cual pasaremos. Hoy en día todo el sistema se encuentra en desuso, si bien todavía podemos disfrutar de esta bella obra de ingeniería hidráulica.
Mirador del Vero
Desde el mirador tenemos una amplia panorámica del entorno natural sobre el que discurre el cañón del río Vero así como de la propia localidad de Alquezar.
El nombre de Fuendebaños tiene relación con la fuente situada aguas abajo. El agua del manantial sale a una temperatura constante, por lo que da la sensación de ser caliente en invierno. De ahí que en algunos documentos medievales se le llama de Fontes Caldas. “Lleva partículas de azufre, hierro y nitro y contribuye muy eficazmente a curar enfermedades (···) por disposición de algunos facultativos se extrae (···) para los enfermos de dentro y fuera de la villa”
Este puente también se conoce como Puente de Asque, porque el camino de la orilla izquierda remonta por esta localidad hasta Colungo y Naval.
La presencia de un puente en este lugar está directamente relacionada con la del cercano molino, pues el acceso a éste con las caballería cargadas de cereal requería unos mínimos de seguridad cuando los ríos bajaban crecidos... y las avenidas del Vero son súbitas e incontroladas.
Lo forman 3 arcos de medio punto, el central de mayor tamaño; el del lado izquierdo es el más pequeño y hace las veces de aliviadero. Cuenta con 2 tajamares escalonados para minimizar los envites del río y su tablero es a dos aguas. En su fábrica, de diferentes épocas debido a la constantes reparaciones, pueden verse las huellas de las cimbras usadas en la construcción.
A través de este puente se cruzaba el Vero por el camino que desde Sobrarbe bajaba a Barbastro. Situado a la salida del cañón del Vero, contribuye con su presencia a incrementar la belleza de este entorno, uno de los más espectaculares de Guara Somontano.
Si te acercas hasta allí te sorprenderá la innecesaria anchura del tablero de este puente que ponía en comunicación la estrecha y empinada senda de ambas orillas.
Su presencia en un punto de tan dificultoso acceso por ambas laderas sólo se justifica por la importancia que tuvo Alquézar como distribuidora de comunicaciones en tiempos pasados.
Presenta peculiaridades que lo diferencian de todos los puentes de Guara Somontano: planta acodada en ángulo, dos ojos, uno en arco ligeramente apuntado y otro de medio punto, un tramo del tablero recto y otro levemente inclinado, ausencia de pretil...
Aunque la tradición oral atribuye su construcción, como la de muchos otros puentes de piedra, a los romanos, se trata de una obra del siglo XVI.