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Andar, es una buena manera de hacer deporte y salir de la rutina diaria, para llegar a lugares en los que la mayoría de las veces merece la pena el gran esfuerzo realizado y el cansancio, para ver esos paisajes, cuevas, ermitas, y muchas otras cosas, que nos ofrece este planeta en el que vivimos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

- Ruta desde Coll d'Estenalles, Montcau, Cova Simanya, Font del Llor, Marquet de les Roques y Font Flavia 04/11/2012




Ver Ruta en un mapa más grande.


Hoy empezamos la ruta desde el Parking de Coll d'Estenalles, y en el Mapa se pueden ver los puntos interesantes de ver:

El Montcau
Cova Simanya
Font del Llor
Marquet de les Roques
Forns de Pega
Font Flavia
Roure del Palau
Avenc del Montcau


Subiendo hacia el Montcau.



El Montcau es una cima de la Cordillera Prelitoral, situado en la provincia de Barcelona, entre Tarrasa y Manresa, con una altura de 1056,8 m. Se engloba en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Es una de las principales cimas del macizo de Sant Llorenç del Munt. Su cara oeste presenta excelentes vistas sobre la plana de Manresa y el macizo de Montserrat, mientras que su cara noreste se orienta hacia la localidad de San Lorenzo Savall y el macizo del Montseny.

Vista de la Mola desde el Montcau.


Señal geodésica y mesa con los nombres e indicaciones de las montañas de los alrededores.


Hoy el día esta un poco nublado, pero se pueden ver unas vistas bonitas.





La montaña de Montserrat.





Cogemos la dirección que nos indica este poste informativo.











Llegamos a la Cova Simanya.


La Cova Simanya (Sima Magna o cueva grande, en romano) está situada en la ladera este del Montcau. Tiene un recorrido total de 372m., distribuidos en cuatro galerías. El ramal más largo tiene 165 metros y es conocido como Galería de la Oca porque los goteos han formado una figura caliza que hacen pensar en esta ave.
El tamaño de la cueva y la presencia permanente de agua, especialmente en la galería de la Oca, atrajo a los pastores neolíticos.
 Unas excavaciones realizadas en 1930 por el Centro Excursionista de Terrassa, bajo la dirección del Joan Solà y Marià Galí, encontraron cerámica correspondiente a varias etapas: el bronze antiguo, ibérico y medieval. Es decir, la cueva ha sido habitada intermitentemente desde hace cerca de 6.000 años.
Entre otras piezas se encontraron vasos con decoraciones de cerámica negra y roja y otros con adornos de "pezones", muy parecidos a los localizados en cuevas de Montserrat y características de una cultura desarrollada en la primera edad de bronce en la Península Ibérica. Algunas de estos restos cerámicos se pueden ver en el Museo de Arte de Terrassa.
A pesar de haber sido habitada desde el neolítico e, incluso en épocas medievales, sobre la Cova Simanya hay muchas leyendas, que hablan de ella como guarida de bestias o de extraños pájaros e, incluso, se dijo que escondía una misteriosa ciudad subterránea.
Un cura de nombre Ermèndia, que visitó la cueva en el siglo XVII, afirmó haber visto calles y plazas, con personas desnudas alineadas en las paredes. Según el sacerdote, ésta era la verdadera cueva del dragón y aún vivía cuando él entró porque se encontró excrementos frescos.
Francisco de Zamora, un funcionario español que escribió un libro sobre sus viajes a Cataluña, exploró la cueva el 29 de marzo de 1786. Zamora explica que "entré a la famosa Simanya que es una caverna natural, pero de una profundidad espantosa. A pocos pasos de la entrada se divide en dos brazos, los cuales seguí hasta donde me lo permitió el agua que se encuentra. El de la izquierda tiene petrificaciones de figuras raras, y pude caminar por él más de cien pasos. El de la derecha no tiene las mismas petrificaciones, pero se mucho más profundo, a mí entender, pues sobre haber caminado más de doscientos pasos, habiendo llegado a un paraje que no podíamos continuar, disparamos una escopeta hacia la parte que continuaba la caverna, y por el eco comprendí que era mucho más profunda la parte que no vimos. La elevación, aunque es diferente en varios parajes, el todo de ella puede decirse muy capaz ".
Joan Amades también comenta que en la Cova Simanya se encontró una imagen de la Virgen y en la entrada de la cavidad  hizo una pequeña capilla para poder adorarla.
Sobre esta cueva, Victor Balaguer escribió en 1857 que "no había podido nunca llegar a su fondo y todos los que lo habían probado, daban la espalda asombrados y aterrorizados. La gente decía que aquel recinto era mansión de mágicos, de hechicerías, de monstruos, de fantasmas y contaban muchas leyendas "
Las leyendas dieron paso a la realidad cuando el Centro Excursionista de Terrassa topografiar las galerías de la cueva el 7 de mayo de 1911.
Actualmente es la cavidad no turística más visita de Catalunya.
En la Cova Simanya se puede llegar desde la vertiente del Río Ripoll subiendo desde el Valle de Horta por la canal del Llor o bien desde la vertiente de la Riera de las Arenas desde el Coll de Estenalles y el Coll de Eres.

Este es el mapa topográfico de la cueva.































Una cueva muy grande que no se pudimos ver más, porque tampoco íbamos preparados para ello.



Entrada de la cueva.




Seguimos la ruta.













El agua de la fuente baja por la escalera.




Font del Llor.

La fuente más conocida de todo el término municipal y una de las más visitadas. Antiguamente se conocía como la "Fuente de Loreda" y sus aguas se embotellan a principios del siglo XX. Junto al puente del Marquet todavía se puede ver una pequeña edificación que era utilizada para tal fin.
 El agua brota, durante todo el año, de la roca a través de una serie de agujeros abiertos.



Nos vamos de la fuente y continuamos camino.



Llegamos a el Marquet de les Roques

El  Marquet de les Roques, mencionado a veces El Marquet de la Roca, es un casal, de estilo historicista neorrománico, situado en el fondo del valle de Horta, rodeado de las cumbres de Montcau, Rocamur, los Emprius y Fogueroses, diseñado por el arquitecto Batllevell a finales del siglo XIX y levantado sobre un antiguo cortijo de principios del siglo XIII.
 El conjunto de edificios incorpora también una capilla, accesible desde dos niveles: el patio y el (digamos) la calle. La granja, en la banda derecha, está ligada y conectada al edificio principal.
El edificio consta de planta baja, piso y buhardilla, con una torre, todo él de ladrillo rojo.
 En el primer piso se encuentran los dormitorios y aseos, con la peculiaridad de que están interconectados unos con otros sin necesidad de pasar por el distribuidor central.
El  Marquet de les Roques está ligado a la familia de los Oliver. La casa fue encargada al arquitecto Juli Batllevell por Antoni Oliver y Buxó, abuelo del escritor sabadellense Joan Oliver. Éste pasó largas temporadas ya menudo organizaba veladas literarias con un grupo de escritores, conocido como La Colla de Sabadell. Actualmente es propiedad de la Diputación de Barcelona. 















Los Forns de Pega fueron utilizados hasta principios del siglo XX para extraer resinas de la leña mediante un proceso de doble destilación. A Sant Llorenç del Munt y l'Obac esta actividad fue marginal, a diferencia de la gran difusión que tuvieron los hornos de cal.
La resina era utilizada como aislante de la humedad y impermeabilizador de diversos productos como botas de vino, suelas de zapato, embarcaciones, etc. Antiguamente también sirvió para curar ganado doméstico.
El pegamento era producido en la edad de bronce. En Cataluña está documentada la existencia de hornos de pegamrnto a partir del siglo X.
Este tipo de horno tenía dos partes: en un nivel superior estaba el pozo y, debajo, la olla.


El proceso de producción pasaba por diversas fases:

 Todo comenzaba con la obtención de leña. En el ámbito de Sant Llorenç de        
   Munt y la Sierra del Obac utilizaban cepas de pinos piñoneros, y enebros.
 De las cepas extraían teas, que se ponían dentro del pozo,
 Con el pozo lleno, empezaba la combustión, que duraba todo un día.
 Progresivamente el alquitrán iba callendo hacia el fondo y se desplazaba hacia                        la olla.
 El alquitrán depositado en la olla era sometido a una segunda combustión con el fin de quemar los ácidos y otros productos inflamables,
 Así se obtenía el pegamento, que estaba situada en una caja llamada patera, donde se solidificaba.
 Finalmente era cortada en varias partes y se preparaba para su distribución.
La propiedad de los hornos eran de las masías cercanas, pero su funcionamiento requería de profesionales que sabían hacer la doble destilación. Eran los pegadores, un oficio que pasaba de padres a hijos y que estaba arraigado principalmente en el Pirineo, desde donde bajaban a poner en marcha las instalaciones repartidas por la Cataluña Central. Una vez obtenida la pieza, la comercialización corría a cargo de arrieros.
La llegada masiva de los derivados de petróleo durante la primera mitad del siglo XX puso fin a la producción rústica de el pegamento.








Font Flavia.











¿Roure del Palau o Roble del Palacio?

¿Cuál es el nombre histórico real del gran Roble Martinenc (Quercus Pubescens) que se encuentra al lado del camino que recorre la Carena del Pagés, entre el Montcau y la Mola?
Actualmente el nombre empleado es el de Roble del Palacio. Esta toponimia se basaría en las magnitudes majestuosas del árbol, dignos de un palacio: 30 metros de altura y 1,5 metros de perímetro. Esta versión es la que recogen los folletos de la Diputación de Barcelona, ​​gestora del parque natural.
La otra toponimia alternativa, aunque su poco uso actual, también tiene una larga tradición. Miquel Ballbé, historiador del macizo y antiguo alcalde de Matadepera, se refería en sus libros al árbol como "Roure de Palau".
En este caso, detrás del nombre hay una historia más adecuada a la actividad que se vivía en los bosques hace unas décadas. Como otros árboles monumentales del macizo, el roble de la Carena del Pagés habría podido crecer tanto, sin ser talado para hacer carbón o para otros usos, gracias a la protección de Palau, el jefe de la pandilla de carboneros que trajinaba por esta zona. Palau probablemente era uno de los muchos carboneros de la Cerdanya que a lo largo del siglo XIX y principios del XX venían a trabajar a el macizo durante unos meses cada año.
Aún hay muestras de la actividad de los carboneros en el entorno del Roure del Palau. Muy cerca hay varias plazas carboneras, una de las cuales está incluida en una de las rutas oficiales propuestas por la Diputación de Barcelona. Además el bosque que atraviesa la cresta del Pagés abundan las encinas con varios brotes que surgen de antiguas cepas, hecho producido por la actividad de los leñadores.
Para poder ver el Roure del Palau hay que salir desde el Coll de Estenalles e ir hasta el Coll de Eres. A continuación hay que seguir durante unos 650 metros el camino de la Carena del Pagés (que parece una calle urbana los fines de semana).
A la derecha del camino, en la vertiente oeste, está el gran roble. Un hito de información, instalada por los gestores del parque natural, nos informan de la ubicación del árbol.
Cerca del gran árbol baja de este a oeste una loma que recibe el nombre también de carena del Roure del Palau.





Este Avenc o Sima se comunica con el exterior mediante dos pequeñas bocas. Su profundidad es de 20m. y es un típico pozo interclásico, cerrado en su parte alta por el estrato que separa las dos bocas. La planta es de 12m. de longitud por 4m. de ancho. El fondo del pozo esta cegado por los derribos ocasionados por el pequeño hundimiento responsable de la apertura de las bocas y que descansan, ocultandolos solo parcialmente sobre los productos de calcificación de su fase genética.




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