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Andar, es una buena manera de hacer deporte y salir de la rutina diaria, para llegar a lugares en los que la mayoría de las veces merece la pena el gran esfuerzo realizado y el cansancio, para ver esos paisajes, cuevas, ermitas, y muchas otras cosas, que nos ofrece este planeta en el que vivimos.

domingo, 22 de febrero de 2015

- Ruta desde el Pantano de Santa Fe (Montseny), Turó de Morou, Avioneta Caída, Font del Baladrell. 22/02/2015



En la caminata de hoy, daré una vuelta por los alrededores de el pantano de Santa Fe, y conocer un poco esta zona por la que no he estado todavía.

Durante el transcurso de la ruta, he ido pasando por estos lugares que he destacado como interesantes de ver: 

Antigua presa
Turó de Morou
Empredat de Morou
Avioneta caída
Fontedecorts
Font del Baladrell
Cascada de la Presa
Pequeños saltos
Hotel Restaurante Santa Fe de Montseny


Como se puede ver el camino, esta muy bien marcado.


Primero iré dirección Turó de Morou,
 pero antes me pasare por la antigua presa.






Ya estoy en l'Estanyol, la antigua presa.

A principios del S.XX, Ramón de Montaner, un editor de Barcelona, compró el valle de Santa Fe a la familia Alfaras de Sant Celoni.
Montaner quería construir un hotel de lujo cuyas obras empezaron en 1910.
Como no había electricidad, hizo construir una presa cerca del nuevo edificio que hoy se conoce como l´Estanyol.


Hay algunos pequeños saltos de agua por las roturas de la presa.


Ahora si que voy hacia el Turó, cambiando de camino campo a través, por otro que hay mas arriba. 


Todavía queda algo de nieve, como se puede ver.


Ya veo el Turó de Morou.


El Turó de Morou es una montaña de 1.304 metros que se encuentra entre los municipios de Riells i Viabrea en la Selva y de Fogars de Montclús y Gualba en el Vallès Oriental.

Por aquí hay que subir para llegar donde esta la caja metálica y el Belen.


En la caja metálica hay una libreta y un bolígrafo
 para poner lo que cada uno quiera. 
En la otra que hay encima, hay un belén, que se puede ver a través del cristal que tiene para protegerlo. 



Este es otro belén que esta debajo.


Unas vistas desde el Turó.





Empredat de Morou.



Este balcón rocoso ofrece una espectacular panorámica sobre todo el valle de Santa Fe, el Turó de l’Home, les Agudes, el turó de Morou, la serralada de Marina y la depresión vallesana.



La especial dureza del granito de esta zona hace de los empedrados un buen lugar para observar la secuencia de formación del suelo, desde el agrietado de la roca madre, su fragmentación en bloques de diferentes tamaños y su disgregación en forma arenisca .

Estas etapas se pueden relacionar también con estadios de vegetación que se suceden en este proceso: comunidades rupícolas de líquenes y musgos, herbazales, landas y bosque.





Masia Fontedecorts,
 que esta abandonada.




El Parque Natural del Montseny, conserva una estampa quizás cinematográfica desde marzo del 2000. Una avioneta estrellada en el bosque.
 La mayoría de senderistas como yo, se desvían 3 km. para poder verla.




El 27 de marzo del 2000, un piloto británico de 71 años se dirigía del Aeropuerto de Murcia al de Perpiñán a las 8:32. El vuelo duraría unas dos horas y media.
Hacia las 11:00, se activó el procedimiento de alerta en el aeropuerto de Perpiñán. La aeronave MOONEY M20K matrícula G-GTPL no había llegado.
El último contacto con el piloto se hizo a las 10:25, desde el aeródromo de Sabadell, población cercana a Barcelona. El accidente se produjo hacia las 10:37, según el informe técnico de la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil).
La avioneta estaba bien. Tenía 1.239 horas de vuelo y pasó la revisión el año anterior. El piloto debía haber pasado un reconocimiento médico hacía más de diez meses. Pero la causa del accidente fue el clima.



Las condiciones meteorológicas empeoraron en el macizo del Montseny aquella mañana. Viento, lluvia y niebla cerrada, según el Observatorio Meteorológico del Montseny. El piloto anunció un descenso hacia las 10:25 para tener más visibilidad. Bajó de los 3.500 pies y no pudo remontar cuando chocó con las copas de los árboles hacia los 3.117 pies, la altitud a la que hoy se encuentra la avioneta.





Según el informe de la CIAIAC, el piloto pudo no recabar la información meteorológica necesaria para planificar el vuelo. Sin embargo, el acceso a esa información estaba restringido a una zona militar del aeropuerto de Murcia, a la que se entraba con autorización previa. Este trámite pudo haber disuadido al piloto.




De regreso vuelvo a pasar por la Masia Fontedecorts.





De regreso me encuentro en el camino con esta fuente que no contaba con ella.
Font del Baladrell.




Llegando a la presa, escucho como cae el agua y bajo hasta ver estos pequeños saltos.
 Y aquí están estas bonitas fotos. 




 La antigua presa l’Estanyol, fue insuficiente y en 1920 se inició la construcción de un segundo pantano que fue terminado en 1935.
Este es el actual Pantano de Santa Fe.


 Construido en la Riera de Santa Fe, la presa tiene 19 m. de altura, 14 m. de base y 899.000 m3. de capacidad.
El arquitecto tenía que ser el famoso Domènech i Montaner, primo de Ramón Montaner, pero finalmente fue Pere Domènech i Pou, quien realizó un magnífico proyecto, un bello lago perfectamente integrado en el entorno natural, un lago artificial que no parece que lo és.


  La casa que se ve junto al pantano, la Fabriqueta, era la antigua centralita que producía electricidad para el hostal de Santa Fe.





La antigua presa, pero ahora desde el otro lado de las riera.




El Hotel de Santa Fe


A principios del siglo XX, Ramón de Montaner y Villa, notable editor barcelonés, compró el valle de Santa Fe a la familia Alfaras de Sant Celoni. 
En 1912, Julia de Montaner, condesa y propietaria del castillo de Santa Florentina de Canet de Mar, casada con Ricardo de Campmany, encargó el proyecto del hotel a Pere Domènech i Roura (1881-1962), hijo y colaborador del ilustre artista del modernismo Lluís Domènech i Montaner. El arquitecto entregó el hotel completamente terminado en 1916. Es un fantasioso edificio neomedieval con torres y almenas, construido junto a la ermita de Santa Fe.
 El material utilizado son sillares de granito extraídos del mismo valle.
Como no había electricidad, cerca del nuevo edificio se hizo construir una presa, que hoy se conoce como l’Estanyol.

Antigua foto de l'Estanyol


 Pronto fue insuficiente y en 1920 se inició la construcción de un segundo pantano, que fue terminado en 1935, un hermoso estanque perfectamente integrado en el entorno natural, un estanque artificial que no parece que lo sea.
El hijo del matrimonio, Ramón de Campmany i Montaner, pintor de renombre, heredó el hotel y iba muy a menudo con su primera mujer, María Teresa Suquer, hija del diplomático Antoni Suquer.
Los primeros que empezaron a llevar al hotel fueron dos hermanos: Jaume Riera y Amelia Riera, que eran los tíos del marido de María Geronès, que hasta el momento en que se cerró aún vivía en el Hotel. Los hermanos eran de Canet de Mar, y por la relación que tenían los Campmany con Canet, les propusieron ir a llevar al hotel. Aceptaron porque Jaume Riera tenía problemas respiratorios, y los médicos le recomendaron que fuera a la montaña a respirar aire puro.
En el hotel, a Jaume y Amelia les ayudaba el personal: cocineros, mozos, aserradores de leña, cuidadores de ganado... En total tenían unos 10 o 12 trabajadores, y en verano alguno más.
En invierno no iba casi ningún cliente. En cambio, en verano, como era el único hotel de montaña cerca de Barcelona, ​​tenían muchos clientes.
 Al principio, el hotel tenía 70 habitaciones.
Durante la Guerra, el gobierno republicano habilitó todo el hotel para enfermos de pulmones, ya que en aquella época había mucha tuberculosis, y los tíos de María vivían marginados en lo que era el apartamento de los Campmany.
 Este periodo fue un paréntesis para el hotel.
Una vez acabada la Guerra, Santiago y Amelia tuvieron que afianzar todo para volver a abrir el hotel: comprar muebles nuevos, rehacer los suelos, las ventanas... porque los enfermos lo dejaron todo hecho un desastre. Al principio todo era muy limitado, ya que arreglar el hotel supuso un fuerte gasto, y además el dinero de la República ya no valía, pero enseguida volvieron a ir a los clientes que tenían antes de la guerra.
María Geronès llegó al hotel el verano de 1942 para trabajar de camarera.
 El motivo que fuera, fue que una tía suya ya trabajaba en verano y, una vez acabada la guerra, cuando María ya tenía 18 años, la acompañó.
 El hotel conoció Jaume Creus, un sobrino de Jaume Riera y Amelia Riera que también trabajaba allí, se enamoraron y María ya se quedó a vivir en el hotel.
Entonces tenían una clientela de mucha categoría, la flor y nata de Barcelona, ​​así como los fabricantes de tejidos de Sabadell y Terrassa. También había algunos alemanes que estaban en el hotel escondidos, debido a la II Guerra Mundial. A veces en el aparcamiento había unos cuantos Rolls Royce, de las familias más ricas de Barcelona, ​​ya que en aquella época ir al Montseny era como ir a los Alpes, y sólo podían subir los que tenían muchos medios, que eran pocos. En 1946 Jaume Creus y María Geronès se casaron, pero siguieron ayudando a Jaume y l'Amelia. Los hermanos continuaron llevando el hotel hasta que se murieron, Amelia 1955 y Jaume 1965, aproximadamente.
 Entonces, María y Jaume Creus pasaron a llevar al hotel.
 El matrimonio tuvo tres hijos: Amelia, Jaume y Josep, de grande a pequeño.
Ante el hotel hicieron construir lo que en un principio era sólo un cobertizo de madera y vidrio, que llamaban la pajarera, y las señoras iban a hacer ganchillo en verano y se reunían, pero cuando el general Moscardó decidió instalar las milicias universitarias en el valle de Santa Fe, como que el primer año no tenían el campamento aún organizado, los oficiales iban a comer allí, y tuvieron que ampliar el cubierto. Las milicias universitarias tenían que estar en el valle de Santa Fe cinco años, y como el plazo se alargaba, la segunda mujer del pintor Ramón de Campmany y Montaner, la señora Victoria d’Udaeta, pidió a el almirante Carrero Blanco que les trasladara, y gracias a ello, se desvincularon del valle.

Hace unos 12 años, los dueños vendieron el hotel de Santa Fe a la sociedad zaragozana Aramersa, que entre otras propiedades, son los dueños de Cervezas Moritz. Estos continúan respetando el contrato, pero no invierten nada ni tienen ningún interés en el hotel. Hasta hoy el restaurante ha continuado haciendo una cocina tradicional, la típica catalana, de xup-xup. En cambio, el hotel, que tiene casi cien años, no tiene perspectivas de futuro. A lo largo de los años, los arrendatarios han ido reinvirtiendo los beneficios en mejoras, pero ahora todas las reformas que se deberían hacer, como dotar a las habitaciones del confort exigido actualmente, son inasumibles para ellos.
Además, la clientela ha disminuido mucho en calidad y en cantidad. Han reducido el número de habitaciones, y ahora quedan unas 10, y han rebajado el establecimiento a la categoría de Casa Fonda. Por todo ello,  Josep y María, cerca de la edad de jubilación y sin ninguno de los tres hijos que quiera continuar el negocio, decidieron cerrarlo, dejar el hotel atrás e ir a vivir a Sant Celoni, donde tienen una casa. El día 27 de diciembre de 2009 fue el último día que sirvieron comidas y tuvieron el hotel abierto. Cerraron discretamente, como siempre han hecho a lo largo de su vida.
No sabemos qué piensa hacer la empresa Aramersa con el hotel. La estructura exterior la deberían de dejar porque es un monumento catalogado, pero el interior se debería renovar por completo.
Recientemente, el establecimiento se ha vuelto a alquilar, de momento como bar, pero seguramente se volverá a abrir el restaurante y quizás también el hotel. Si es así, el valle de Santa Fe y el Montseny no perderán uno de sus establecimientos hoteleros más originales y de mayor tradición.

Como conclusión, creo que he contribuido un poco a completar la historia del Montseny y de Santa Fe, sobre la historia de este primer y emblemático establecimiento hotelero de Santa Fe. Esperamos que podamos volver a disfrutar de este maravilloso lugar.


La ermita de Santa Fe.


El centro histórico y el que le ha dado nombre al valle, es la antigua capilla de Santa Fe de Montseny, que se encuentra unida al hotel. Se desconoce el origen de la capilla, sin embargo consta que existía en 1231. 
En 1270 un grupo de eremitas residían cerca de ella, y se llamaban “orden de ermitaños de Santa Fe”, que no subsistió mucho tiempo, ya que del siglo XIV en adelante la capilla estuvo al cuidado de un solo ermitaño, dependiente del rector de Fogars. La primitiva capilla fue agrandada en 1577 y fue renovada al inicio del siglo XVIII (1701). 
 En 1880 “La Associació Catalanista d´Excursions Científiques” entidad muy activa en aquella época, instaló un termómetro que junto con otro en Sant Jeroni de Montserrat tenia de formar parte de una red pionera de estaciones metereológicas.
Su fachada, ahora bastante descuidada, guarda el encanto de las viejas capillas rurales, con su campanario de espadaña, bastante descentrado, y las dos ventanas bajas para mirar el interior.


Ya llegamos al final, y espero que os haya gustado la caminata y la información que os he ofrecido, ya que algunas veces suele ser interesante conocer un poco la historia de los lugares por donde he pasado.


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